lunes, 29 de octubre de 2012

Nueva gata en casa

Y ya son tres. La última, Arena, llegó medio muerta, desesperada, hambrienta y dispuesta a quedarse, no matter what. Y lo logró. Aquí está, adaptándose a su nueva vida.

Primer día, en plan reinona

Desde entonces ha pasado una semana y muchas cosas en cuanto a las dinámicas con los otros 2 gatos y conmigo misma. Llegó bufando y asustando, defendiendo su comida. Tomó el salón, el sofá y prácticamente la casa. Qué penita la pobre gatica con lo mal que lo ha pasado en esta vida!!! y ella conquistando territorio. Yo en medio, ya no sabía cual me daba más pena, la pobrecita huerfanita o los príncipes destronados. Y una servidora al servicio de todos, pobrecita tambien. Abre puertas y ventanas, que coman, que salgan, que entren, no vaya a ser que lo pasen mal.  Me recuerda un cuento que leía de pequeña de Rafel Pombo, el de la pobre viejecita:

 Érase una viejecita
sin nadita que comer
sino carnes, frutas, dulces,
tortas, huevos, pan y pez.
Bebía caldo, chocolate,
leche, vino, té y café,
y la pobre no encontraba
qué comer ni qué beber.
Y esta vieja no tenía
ni un ranchito en qué vivir
fuera de una casa grande
con su huerta y su jardín.

Y así sigue la historia de esta desgraciada viejecita que al final murió de vieja dejando nada más que "onzas, joyas,  tierras, casas, ocho gatos y un turpial" y seguramente pensando pobrecita yo..... me suena tanto!!!

Me sacudo a la víctima que llevo dentro e instalo una gatera en la puerta de la cocina para independizar movimientos. Que entren y salgan, de noche y de día, según sus necesidades y gusto, y yo a lo mío, que todavía muy bien no sé qué es.


Mientras tanto hay que enseñar a los mininos a usar la gatera, cosa que tambien te pone delante el tener paciencia, el dejar el victimismo de los pobrecitos de lado cuando te miran desde la ventana pidiendo que se las abras. Ya la han pasado varias veces con mi ayuda pero para que lo hagan solos tienen que pasar una barrera psicológica, la puertita abatible. Salir de la comodidad de que me lo abran a empujar porque tengo hambre o quiero entrar. Para ello, tengo que ir soltando el cuidar y dejar que lo hagan por si mismos. Perla, la gris, ya salió sola por la gatera anoche cuando yo no baje a abrirsela a las 4 de la mañana como hacía antes!! Poco a poco me voy enterando de que va esto. Ya está bien de pobrecita, a espabilar, a buscarse la vida, con amor, cariño y paciencia, pero tambien con fuerza.

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