Con la llegada del otoño aprovecho el momento para revisar los éxitos y fracasos del huerto y el jardín este verano. Por allá por el mes de mayo preparamos un huerto en casa aplicando lo que habiamos aprendido el año pasado en la finca del Patas, Zarzalejo. La experiencia había sido tan alucinante que la idea de crear la misma abundancia aquí mismo en casa me parecía muy tentadora. En lugar de replicar lo que habíamos hecho allá, decidimos crear bancales "a nuestro aire", pequeños, con distintas formas, aunque manteniendo la idea de combinar las plantas que se asocian bien. La tierra era extremadamente dura y poco fértil y tuvimos que cavar con azada lo más profundo que pudimos, que por cierto no fue mucho. Añadimos compost y plantamos lechugas, acelgas, cebollas, zanahorias, tomates, pimientos, berenjenas, pepino, calabaza.
Bancal de tomates
Bancal de acelgas y lechugas
La cosecha no fue tan abundante como el año pasado aunque pudimos recoger un poco de todo. No ha sido un fracaso total pero la experiencia me ha hecho reconsiderar la forma en que haremos el huerto el año que viene. Mi idea es volver a los bancales del método Gaspar Caballero de Segovia. Utilizar una motoazada para remover bien la tierra y seguir al pie de la letra la preparación de los susodichos bancales. Ya innnovaré cuando tenga más experiencia. Mientras espero a la primavera para preparar esta nueva fase del huerto disfruto de las flores otoñales de mi jardín.
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