El pasado domingo nos reunimos todos los hortelanos para recibir una charla sobre el control biodinámico de plagas. Prevenirlas y contrarrestarlas con métodos naturales es la idea con la que nos quedamos. Nos dan recetas para preparar macerados y purines de ortigas y ajos, entre otros, para combatir al pulgón y otros insectos. Tiene todo un encanto ancestral. El sentarse uno y fabricar su propio insecticida en una o dos semanas. Con paciencia y amor.
Despues del aperitivo seguimos trabajando en el riego, plantando y quitando malas hierbas.
Ayer volví a pasar para regar. Varios compañeros hortelanos tambien pasaban la tarde en la tierra trabajando. Nos acompañamos, a veces con una pequeña charla sobre como va todo, pero en general cada uno en lo suyo. El huerto necesita nuestra atención y energía y el hacerlo en compañía lo hace agradable además de más productivo. Estamos todos para echarnos una mano o sencillamente estar ahí al lado, con el mismo objetivo y la misma pasión por lo que hacemos.
Y así me anclo en el AHORA, en la tierra, en las manos. Ahora es donde esta mi vida y en ese sitio, centrado, voy tomando pequeñas decisiones. Aprendo a dejar fluir la vida. Sin lucha. Con amor.
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